Hasta el momento, la Confederación Hidrográfica del Guadiana retiraba el camalote y lo dejaba secar en la cuenca del río hasta que se desintegraba.
Una de las nuevas medidas que está llevando a cabo el organismo gestor de la cuenca es darle una segunda vida al camalote como biogás, biomasa o celulosa, siendo 10 céntimos el precio de salida. De esta manera, se generaría un beneficio y se estaría erradicando la plaga. El fin de esta propuesta es disminuir el coste público de su destrucción.
Hay que tener en cuenta que esta medida supone una excepción puesto que está prohibido comercializar las especies invasoras. Para ello, se han establecido una serie de normas que garantizan el transporte de la planta y su procesado evitando una posible reproducción de la planta o de sus semillas.
El plazo será de 15 días desde que se extrae del río y se deja a ambos lados de él y deberán garantizar la destrucción de al menos 30.000 toneladas de dicha especie al año.
Los encargados de la retirada del camalote son los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias quienes usan trajes de neopreno. Han extraído más de 80.000 toneladas.
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